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miércoles, 23 de julio de 2014

Conejo de Monte

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Amenazas a la conservación Plagas víricas El conejo doméstico constituye una plaga en numerosos países, donde se ha tratado de controlar su número mediante la introducción deliberada de enfermedades contagiosas. El más claro ejemplo es la mixomatosis, introducida en 1950 en Australia y en 1952 en Francia, desde donde se extendió a toda Europa. Mixomatosis Es una enfermedad vírica que se transmite a través de vectores (artrópodos hematófagos como garrapatas y pulgas) y en condiciones silvestres presenta 9 días de incubación; la sintomatología de la enfermedad se manifiesta característicamente con una inflamación palpebral. El virus de la mixomatosis terminó con el 90% de los conejos silvestres y a pesar de los planes de recuperación que se llevan realizando desde los años 80, las poblaciones aún no han superado el bache. Como consecuencia de ello, un gran número de especies que se alimentaban de conejos han sido gravemente mermadas, como es el caso del lince ibérico y el águila imperial ibérica. Actualmente se efectúan vacunas en ejemplares silvestres en primavera para contrarrestar el virus. Por otro lado los conejos han adquirido resistencia y la mortalidad de la enfermedad es ahora menor. Los ejemplares adultos suelen ser resistentes a la mixomatosis por haberla superado de jóvenes. En Australia surtió el efecto buscado al disminuir el número estimado de conejos desde 600 millones hasta alrededor de 100 millones. Sin embargo la resistencia natural de los conejos ha hecho fracasar los posteriores intentos de reproducir el éxito de los años cincuenta, donde la enfermedad fue fatal en el 99% de los casos. El gobierno australiano se niega a legalizar una vacuna para la mixomatosis, lo que ocasiona numerosas muertes en conejos como mascotas o de uso industrial. Hemorragia vírica Fue detectada por vez primera en España en 1988 aunque años atrás ya se habían dado casos de la enfermedad en China. Su origen parece estar en una mutación de un virus no patógeno presente en los lagomorfos. Se trata de una enfermedad muy contagiosa que resulta letal en la mayoría de los casos. Los ejemplares jóvenes tienen más posibilidades de sobrevivir a la infección y desarrollar resistencia frente al virus. La vacuna se suministra en primavera y se debe dejar un periodo de dos semanas entre la vacuna de la mixomatosis y la de la hemorragia vírica. También se pretendió usar el calicivirus causante de la enfermedad en Australia, intentando reproducir el éxito de la mixomatosis. No obstante la enfermedad no fue tan efectiva como habrían esperado ya que sólo el 65% de los animales infectados murió frente al 99% de la mixomatosis. En parte se debe a que existe otro calicivirus menos virulento en las zonas húmedas y frías, que inmuniza a los conejos contra la hemorragia vírica. Al contrario que con la mixomatosis, sí existe una vacuna legalizada de la hemorragia vírica en Australia. Relación con el ser humano Se llama cunicultura o producción cunícola a la cría sistemática de conejos. El conejo puede ser también una mascota que se adapta perfectamente a la compañía del hombre y que no requiere excesivos cuidados: limpieza de la jaula, alimentación, etc. Por otro lado, el conejo es protagonista de las explicaciones típicas sobre genética y herencia de los caracteres, ya que según la presencia de dos de los cuatro alelos distintos posibles para un mismo gen, desarrolla un tipo de pelaje u otro: salvaje o agutí, chinchilla, himalaya o albino.

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